Esta liga, al igual que la anterior, es cosa de dos. En cada inicio de temporada aparece el típico equipo que empieza muy fuerte y parece que se puede enganchar a los dos de cabeza, pero al cabo de 8 o 9 jornadas, todos nos damos cuenta de que no sucederá. En la pasada temporada el F.C. Barcelona consiguió 99 puntos, alzándose así campeón de la competición doméstica, seguido del R. Madrid con 96. Ambos equipos estuvieron en un emocionantísimo mano a mano durante todo el año. ¿Saben dónde quedó el tercero? A un abismo de 25 puntos del segundo y 28 con el primero. Esta temporada, con 15 de las 38 jornadas disputadas, el tercer equipo está a 10 puntos del líder. Si seguimos esta progresión, en la jornada 30 se encontrará a unos 20 puntos y al final de la temporada, de nuevo el hueco se abrirá hasta unos 25. Esto se asemeja cada vez más al prototipo de la Scottish Premier League (la liga de fútbol escocesa), en la que la liga se la disputan año tras año el Celtic de Glasgow y los Glasgow Rangers, equipos rivales y de la misma ciudad, donde si queremos ver un campeón que no sea ninguno de estos dos equipos tenemos que remontarnos al 1985, cuando ganó el Aberdeen F.C. Por poner un ejemplo aplicado a España, es como si el Barça y el Espanyol se repartiesen la liga española desde hace 25 años. Un claro ejemplo de una liga emocionante y competitiva es la Premier League (Inglaterra). En esta liga, en la jornada 17, entre el primero (Manchester United) y el cuarto (Chelsea) hay tan solo 3 puntos de diferencia, aunque el Manchester lleva un partido jugado menos. En Italia, el primero (el Milán) le saca 6 puntos al cuarto (la Lazio), tras 16 jornadas ligueras. ¿No sería mejor tener una liga así de emocionante en casa, en la que no sabes qué equipos se van a llevar, no sólo la liga, sino también los puestos de acceso directo a la Champions League? Yo creo que sí. Esto favorecería el espectáculo, la incertidumbre y la emoción por seguir la competición y, por lo tanto, aumentaría el número de seguidores, tanto en España como fuera, lo que le dotaría de un mayor nivel y prestigio internacional. Todo esto suena muy bien y sería muy bonito pero señores, ¿cómo hacer esto posible? Ni idea. El señor del Nido está amenazando con el ya conocido tema de los derechos televisivos argumentando que la liga está “adulterada” con este reparto del dinero, con el que Barça y Madrid cada vez son más ricos y la diferencia aumenta respecto a los demás equipos. Yo creo que la solución no va por aquí. El problema viene de antes. Ahora, Barça y Madrid son los que generan más atención y más ingresos a las televisiones, por lo tanto, lo justo es que se les dé más a ellos que al resto de equipos. Porque ¿cuántos aficionados estarían frente al televisor para ver un Levante-Almería? Con todos mis respetos a estos dos equipos, en los resultados de las estadísticas televisivas del día siguiente no aparecería más del 2% de la cuota de pantalla, ya sea en abierto o de pago el partido.
Aunque la gran mayoría de gente que está leyendo esto es del Madrid o del Barça, para los que no resulta un problema ver a nuestro equipo ganar y golear jornada tras jornada. Más bien al contrario, nos gusta ver a nuestro equipo ganar pero igual con algo más de emoción y también que equipos como Valencia, Sevilla o Atlético de Madrid (la alternativa a los dos grandes) hagan lo que tienen que hacer y no pinchen cada dos por tres como están acostumbrados a hacer.
Yo no sé cuál es la solución de este problema, pero está claro que algo hay que hacer si no queremos que se siga aumentando esta brecha entre dos equipos y el resto porque ni los aficionados de Barça y Madrid, que ahora están atentos a los partidos de sus equipos, tendrán el menor interés en ver los partidos de sus equipos, ya que la única emoción será si gana de 4, de 5 o de 6 goles. En fin, gracias por prestarme un rato de su tiempo y hasta otra.
Ahora les dejo un vídeo de unos de los mejore goles de falta directa. Hay algunos que se podrían cambiar por otros, pero en general son bastante buenos. espero que os gusten y que disfrutéis.